El peso, ¿único medidor del progreso?
La gran mayoría de las personas que acuden a consulta buscan mejorar sus hábitos para conseguir perder peso, ¿realmente es un buen indicador del cambio de hábitos?
Vivimos aún inmersos en el mundo de la cultura «dieta», dónde parece ser que la mejor estrategia para perder peso es aquella que consiga resultados lo más rápido posible. Sin embargo la mayoría de estas no nos ayudan a conseguir el cambio de hábitos.
Estas dietas por lo general siguen normas inflexibles, prohibiendo alimentos y son poco sostenibles a largo plazo. Únicamente sirven para bajar el numerito de la báscula, probablemente esa pérdida no sea solo en forma de grasa ya que mucho músculo suele eliminarse durante el proceso y en muchas ocasiones hay una recuperación de peso mayor a la pérdida.
El peso nunca debe ser el único indicador para valorar el progreso.
El peso puede variar por diversos motivos: mayor o menor hidratación, cambios durante el ciclo menstrual, si hemos ido al baño o no, si hemos tenido alguna comida más abundante, etc. Por eso cuando nos pesamos muy habitualmente, puede confundirnos y hacernos creer que no estamos avanzando con nuestro cambios de hábitos e incluso puede condicionar el comportamiento con la comida («me salto la cena porque he subido de peso», «como he bajado me puedo permitir x»)
Y tú dirás, ¿pero cómo medimos el progreso si no miramos el peso?
Hay otros factores a tener en cuenta y van en relación a nuestras sensaciones: sentirte mejor con lo qué comes, sentir que la ropa te resulta más cómoda, dormir mejor, mejorar tus digestiones, sentirte más ágil…
Cuando hablamos de cambio de hábitos, buscamos adoptar rutinas progresivamente y que estas puedan ser sostenibles a largo plazo. Probablemente no será tan rápido como las dietas estrictas de moda pero al menos avanzaremos de manera más respetuosa hacia nuestro objetivo.
Si además a esto le sumamos actividad física, buen descanso y una adecuada gestión del estrés, haremos la combinación perfecta para mejorar nuestra salud.
En resumen, existen otros parámetros para medir al progreso distintos a la báscula y estas variables pueden ir de la mano del peso cuando buscamos un cambio de hábitos. Si cambias tus costumbres, perderás peso pero sobre todo mejorarás tu salud.